El rey siempre regresa. El resultado no podía ser otro, y el Real Madrid se corona campeón de la UEFA Champions League al ganarle por la mínima diferencia al Liverpool de Inglaterra en Paris. La decimocuarta orejona blanca es una realidad, en una temporada histórica, llena de emociones, que no se olvidara y que millones llevaran en el corazón.
El partido se sabia que seria un espectáculo, pero fue retrasado por problemas en las afueras del estadio. Unos 15 mil aficionados se colaron al estadio sin entradas, mientras que centenares que si tenían boletos se quedaban afuera. La policía francesa utilizo gas lacrimógeno y pimienta en contra de muchas personas y se reportaron asaltos y conflictos en las afueras del estadio. Finalmente, con 36 minutos de demora, el partido arrancaba.
El partido fue duro para el Madrid, mas que para el Liverpool. Los reds salieron con mucha intensidad, con busca de venganza por las ultimas veces que se han enfrentado al Madrid. Varias oportunidades tuvo el Liverpool pero siempre se encontraban con el mismo problema, el muro belga, Thibaut Courtois, que parecía ser un ángel sin alas. La mas clara la tuvo Sadio Mane, pero Courtois lograba despejar el balón al palo y sobrevivir una llegada mas. La controversia del partido se dio poco antes del entretiempo. Karim Benzema marcaba el primer gol del partido en una confusa jugada, y el arbitro, tras confirmación del VAR, anulaba el gol aunque el balón venia de un defensor del Liverpool.
El segundo tiempo fue un poco mas de lo mismo, la insistencia del Liverpool y las maravillas de Courtois, pero el Madrid quería abrir mas el partido. Al 58 del partido, Fede Valverde con explosividad se acercaba al borde del área y con un pase directo y fuerte encontraba a Vinicius Junior, que solo contra el mundo puso el primer y único tanto del partido. La joya del Madrid marcaba un tanto que hacia explotar el lado madridista del estadio, y que los llenaba de una ilusión nueva, pero conocida.
El Liverpool se volcó al ataque, al 63 estuvo cerca del gol con Mohamed Salah, pero Courtois volvía a hacerse grande y volvía a salvar la meta madridista. Poco a poco, las esperanzas del empate se iban agotando, esperanzas que solo acabaron en el pitazo final, y el Madrid volvió a la cima, a su trono merecido, y conquistaba la decimocuarta orejona de su historia.
