Las autopsias, una preliminar de los médicos que atendieron a Wilson Ariel Pérez Hernández en un centro asistencial y la de Medicina Forense del Ministerio Público (MP), revelarían que el aficionado no murió a consecuencia de un enfrentamiento a balazos con agentes antipandillas, como lo informó en primera instancia la Policía Nacional.
Ayer trascendió que la causa de la muerte del joven aficionado del Real España fue por hemotórax, laceración pulmonar y heridas por arma de fuego, por lo que establece que su deceso fue de manera homicida.
Un hemotórax, según expertos, es la salida de sangre por una rotura importante dentro del pecho. Es decir, sangrado interno dentro del tórax que puede ser provocado por un golpe recibido en esa parte del cuerpo.
Las lesiones del cuerpo de Wilson Ariel Pérez Hernández (21) no concuerdan con un enfrentamiento, determina el Dictamen de Autopsia número 776-22, correspondiente al levantamiento forense 592-2022.
El Ministerio Público, a través de su órgano científico, la Dirección Nacional de Medicina Forense, ha determinado que el disparo que acabó con la vida de Pérez Hernández entró por el lado derecho de la espalda y la bala salió por el lado izquierdo del tórax.
Pérez Hernández no tenía heridas en la parte frontal de su cuerpo como las lesiones que deja un enfrentamiento cara a cara, establece el informe forense. Además, un expediente clínico del sampedrano Hospital “Mario Catarino Rivas”, revela que agentes antipandillas llevaron herido a Pérez Hernández a las 4:13 de la tarde del martes.
El informe indica que ya iba en estado de gravedad y unos minutos después falleció. El expediente clínico del médico que lo atendió revela que cuando llegó al centro asistencial tenía por lo menos seis horas de haber recibido el disparo letal.
Cuando los galenos revisaron el cuerpo se estableció que presentaba abrasiones o raspaduras en la cara, en los miembros superiores e inferiores, como si lo hubieran arrastrado.